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sábado, 27 de junio de 2015

CAMBIEMOS LA BANDERA por ANY CARMONA



CAMBIEMOS LA BANDERA


Nuestra celeste y blanca ha quedado obsoleta frente a los múltiples cambios vivenciados en la Argentina y Latinoamérica

Por Any Carmona


En el mes de Junio, mes de la bandera, me puse a pensar en Belgrano y sus cambios ideológicos. Tuve la oportunidad, como ensayista, de investigarlo en su participación como funcionario colonial de la Corona española, años antes de la famosa Revolución. Tenía un cargo en el Consulado durante el Virreinato del Río de la Plata y sustentaba ideas fisiocráticas que sostenían básicamente, que la riqueza de las naciones estaba asentada en sus producción agrícolo-ganadera y sus bienes naturales. Más tarde se hizo revolucionario y apoyó la movida liberal de la facción pro-librecomercio (todos enfilados en las logias masónicas de la época), en contra del monopolio comercial de España.
Sabemos también, que en 1812 creó nuestra bandera celeste y blanca, emulando la bandera de la Casa de Borbón en España. Basta mirar los retratos pintados de los reyes de dicha Casa reinante desde Carlos III hasta Fernando VII, para reconocer “nuestra” insignia patria sobre sus fastuosas vestimentas, lo que nos hace suponer, y está probado, que Manuel esperaba impaciente, que volviera el rey español Fernando VII luego de que Napoleón lo hiciera prisionero, allá por 1808. 
Nos preguntamos entonces: ¿Era revolucionario o españolista? Está bien que luego le hicieron agregar el Sol Inca a la franja blanca pero digo: ¿Era suficiente?
Cuando se declara por segunda vez la Independencia en la cuidad de San Miguel de Tucumán por parte de Buenos Aires y las provincias del NOA más el Alto Perú, actual Bolivia (las del NEA ya la habían declarado un año antes), Belgrano quería poner un rey Inca en el poder; o si no cuajaba esto, pensó en que podíamos traer a la Princesa Carlota de Borbón que vivía con su esposo en la corte portuguesa con sede en Río de Janeiro,  fundando y liderando el partido “Carlotista”. Monárquico, sin duda, era monárquico...
Como se ve, Belgrano tenía muy poco de revolucionario a pesar de haberse convertido en General de las fuerzas revolucionarias siendo sólo un abogado y haber comandado el Ejército del Norte estando totalmente enfermo.
José de San Martín se encuentra con él en Yatasto (famoso abrazo mitológico en Enero de 1814) y lo obliga a entregarle el mando y acudir a un tratamiento médico estando ya más pobre que las ratas por haber donado todos sus sueldos y su fortuna para mantener a dichas tropas abandonadas por Buenos Aires (Trinviratos y flamante Directorio) desde 1811. Muy loable lo de Belgrano pero nos preguntamos: ¿Para quién o quienes custodiaba esa frontera y daba batalla y porqué tanto sacrificio? ¿Se hizo realmente revolucionario, entonces?
Pero volvamos a nuestra bandera: Celeste y blanca (borbona) y con un sol inca en su centro. Creo que ya no nos representa porque es el símbolo de la monarquía española y del pensamiento colonizado y porque los incas sometieron a nuestros pueblos originarios del norte y eran en realidad, imperialistas. Además hoy somos parte de un espacio mucho mayor que es el de la Patria Grande.
En síntesis y en función de la nueva conformación latinoamericana de diversas entidades supranacionales como UNASUR, MERCOSUR, CELAC, ALBA, propongo se plasmen los múltiples colores de la bandera latinoamericana en la nuestra.
Y con respecto al sol me pregunto: ¿No sería bueno pensar en otro símbolo que represente a los pampas, querandíes, calchaquíes, tobas, guaraníes, mapuches, onas, etc.?
Propongo encontrar un símbolo de unión de los pueblos precolombinos de nuestro país y repetirlo tantas veces como provincias tenemos. Esto último apuntando al federalismo que aún no ejercemos.
Otra bandera con otros colores y otros símbolos más representativos de la nueva realidad de Argentina. Para pensarlo.


Any Carmona para La Cruda Verdad del Alma