Nuestra celeste y blanca ha quedado
obsoleta frente a los múltiples cambios vivenciados en la Argentina y
Latinoamérica
Por Any Carmona
En el mes de Junio, mes de la
bandera, me puse a pensar en Belgrano y sus cambios ideológicos. Tuve la
oportunidad, como ensayista, de investigarlo en su participación como
funcionario colonial de la
Corona española, años antes de la famosa Revolución. Tenía un
cargo en el Consulado durante el Virreinato del Río de la Plata y sustentaba ideas
fisiocráticas que sostenían básicamente, que la riqueza de las naciones estaba
asentada en sus producción agrícolo-ganadera y sus bienes naturales. Más tarde
se hizo revolucionario y apoyó la movida liberal de la facción
pro-librecomercio (todos enfilados en las logias masónicas de la época), en
contra del monopolio comercial de España.
Sabemos también, que en 1812 creó
nuestra bandera celeste y blanca, emulando la bandera de la Casa de Borbón en España. Basta
mirar los retratos pintados de los reyes de dicha Casa reinante desde Carlos
III hasta Fernando VII, para reconocer “nuestra” insignia patria sobre sus
fastuosas vestimentas, lo que nos hace suponer, y está probado, que Manuel
esperaba impaciente, que volviera el rey español Fernando VII luego de que
Napoleón lo hiciera prisionero, allá por 1808.
Nos preguntamos entonces: ¿Era
revolucionario o españolista? Está bien que luego le hicieron agregar el Sol
Inca a la franja blanca pero digo: ¿Era suficiente?
Cuando se declara por segunda vez la Independencia en la
cuidad de San Miguel de Tucumán por parte de Buenos Aires y las provincias del
NOA más el Alto Perú, actual Bolivia (las del NEA ya la habían declarado un año
antes), Belgrano quería poner un rey Inca en el poder; o si no cuajaba esto, pensó en que podíamos traer a la Princesa Carlota
de Borbón que vivía con su esposo en la corte portuguesa con sede en Río de
Janeiro, fundando y liderando el partido
“Carlotista”. Monárquico, sin duda, era monárquico...
Como se ve, Belgrano tenía muy poco
de revolucionario a pesar de haberse convertido en General de las fuerzas
revolucionarias siendo sólo un abogado y haber comandado el Ejército del Norte
estando totalmente enfermo.
José de San Martín se encuentra con
él en Yatasto (famoso abrazo mitológico en Enero de 1814) y lo obliga a
entregarle el mando y acudir a un tratamiento médico estando ya más pobre que
las ratas por haber donado todos sus sueldos y su fortuna para mantener a
dichas tropas abandonadas por Buenos Aires (Trinviratos y flamante Directorio)
desde 1811. Muy loable lo de Belgrano pero nos preguntamos: ¿Para quién o
quienes custodiaba esa frontera y daba batalla y porqué tanto sacrificio? ¿Se
hizo realmente revolucionario, entonces?
Pero volvamos a nuestra bandera:
Celeste y blanca (borbona) y con un sol inca en su centro. Creo que ya no nos
representa porque es el símbolo de la monarquía española y del pensamiento
colonizado y porque los incas sometieron a nuestros pueblos originarios del
norte y eran en realidad, imperialistas. Además hoy somos parte de un espacio
mucho mayor que es el de la Patria Grande.
En síntesis y en función de la nueva
conformación latinoamericana de diversas entidades supranacionales como UNASUR,
MERCOSUR, CELAC, ALBA, propongo se plasmen los múltiples colores de la bandera
latinoamericana en la nuestra.
Y con respecto al sol me pregunto:
¿No sería bueno pensar en otro símbolo que represente a los pampas, querandíes,
calchaquíes, tobas, guaraníes, mapuches, onas, etc.?
Propongo encontrar un símbolo de unión
de los pueblos precolombinos de nuestro país y repetirlo tantas veces como
provincias tenemos. Esto último apuntando al federalismo que aún no ejercemos.
Otra bandera con otros colores y
otros símbolos más representativos de la nueva realidad de Argentina. Para
pensarlo.
Any Carmona para La Cruda Verdad del Alma
Sí, tenés toda la razón pero, con todo el respeto que te tengo porque sos una estudiosa, además mi gran amiga, yo no imagino otra bandera. Tampoco creo que en el símbolo esté la esencia del argentino, en todo caso habría que cambiar pensamiento y conductas personales. Perdón, es mi humilde opinión. Besitos
ResponderEliminarTodo bien, son apreciaciones y entiendo que cambiar la bandera es muy revolucionario y costarìa mucho hacerse la idea... Yo sòlo propuse pensarlo. Besitos... Any
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