Conocer el Malba es una forma de acercarse al arte argentino y latinoamericano dentro de uno de los museos más modernos que hoy existen en la ciudad de Buenos Aires. Una invitación imposible de rechazar.
Adentrarse en un museo no es algo que guste a todo el mundo.
Sin embargo, cuando este acercamiento se produce, puede que afirmemos o
rechacemos nuestra elección.
El caso del Malba es una afirmación constante
Allí es posible disfrutar colecciones permanentes como así
también temporarias, donde lo argentino y lo latinoamericano son protagonistas
de la selecta y variada carta con la que nos deleita este hermoso museo.
Un lugar donde es posible evadirse mentalmente de la rutina
diaria de la gran ciudad y perderse entre sus salas y salones, buscando lo que
cada uno de nosotros lleva dentro y que muchas veces otros han materializado de
manera perfecta.
De eso se trata un museo, o al menos de eso debería
tratarse: un lugar donde sea posible también encontrarnos nosotros mismos. No
hay dudas de que el Malba lo ha logrado.
Un poco de historia
Desde 1990, la Colección Costantini estuvo abierta a la
visita de especialistas y estudiosos, tanto locales como internacionales, al
préstamo de obras a exposiciones de arte latinoamericano realizadas en diversos
países de América y Europa.
En 1996 se presentó públicamente en conjunto por primera vez
en el Museo Nacional de Artes Visuales de Montevideo.
Entre 1998 y 1999, un conjunto importante de sus piezas más
relevantes fue exhibido en el Museo de Arte Moderno de San Pablo, el Museo de
Arte Moderno de Río de Janeiro y en la Fundación “La Caixa”, en Madrid.
Simultáneamente, la Fundación presentó entre 1997 y 2000
cuatro ediciones sucesivas del Premio Costantini en el Museo Nacional de Bellas
Artes, concurso que contribuyó a estimular la producción artística argentina,
al mismo tiempo que incorporaba a la colección obras de artistas de las últimas
generaciones mediante el mecanismo de un primer premio adquisición.
A fines del año 1998 surgió la posibilidad de comprar un
terreno estratégicamente ubicado en el tramado urbano y cultural de la ciudad
para la construcción de un museo.
Luego se organizó una convocatoria internacional abierta por
la Unión Internacional de Arquitectos en el marco de la Bienal Internacional de
Arquitectura de Buenos Aires.
Se presentaron 450 propuestas de 45 diferentes países. La
selección quedó en manos de un jurado internacional de arquitectos y el primer
premio fue otorgado a tres jóvenes arquitectos argentinos: Gastón Atelman,
Martín Fourcade y Alfredo Tapia.
El nuevo edificio de Figueroa Alcorta
La construcción del nuevo edificio, la organización
institucional, el crecimiento de la colección, el ingreso del museo al mapa
cultural internacional y, sobre todo, la dimensión pública de sus objetivos y
misión fueron los desafíos que, finalmente, transformaron una pasión privada en
un proyecto de gran impacto comunitario.
El Malba es hoy un espacio cultural dinámico y participativo
en el que se presentan exposiciones temporarias de diversa índole (a veces,
junto con otros museos alrededor del mundo, colecciones internacionales y
fundaciones afines) y muestras de arte contemporáneo argentino y
latinoamericano.
Además, cuenta con un importante programa de cine y con una
cinemateca que crece mensualmente a través de la adquisición y el rescate de
films esenciales de la historia del cine. Se realizan también diversas
actividades vinculadas con la literatura, como encuentros con escritores,
cursos, seminarios, charlas literarias y presentaciones de libros, entre otras
importantes actividades.
El área de educación y acción cultural incluye programas
para niños, visitas guiadas y diversas actividades realizadas junto con
organizaciones de la sociedad civil, que apuntan a ofrecerles a todos los
sectores de la comunidad la posibilidad de disfrutar, estudiar y conocer
algunos de los principales artistas y movimientos del arte del último siglo.
El Malba me parece un lugar impresionante. Yo soy de Tucumán, pero el año pasado estuve viviendo en un alquiler temporario en capital federal y este museo fue una de las cosas que mas me ha impactado de mi tiempo en Buenos Aires
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