Gracias a ti...
Gracias a ti
cada uno de mis días es un mundo limpio y perfumado que huele a melón.
Gracias a ti
todos los frutos se ofrecen a mi mano como si yo fuera el sol.
Gracias a ti sólo pruebo la miel de la esperanza.
Gracias a ti late mi corazón.
Gracias a ti
mis noches más solitarias son como un kilim de Anatolia que sonríedesde la pared.
Gracias a ti al final de mi camino, sin llegar a mi ciudad,
he descansado en una rosaleda.
Gracias a ti, no dejo entrar a la muerte
que con sus cantos llama a mi puerta
vestida con sus más sutiles ropajes y me invita al gran descanso.
Las seis de la mañana...
Las seis de la mañana.
He abierto la puerta del día y he entrado,
el sabor de un azul reciente en la ventana ha venido a mi encuentro,
en el espejo las arrugas de ayer en la frente
y en la nuca la voz de una mujer, suave como la pelusa del membrillo,
y en la radio las noticias del país
y ya mi glotonería se desborda
correría de un árbol a otro por el huerto de las horas
y el sol, mi niña, se pondrá
y espero que más allá de la noche
el sabor de un nuevo azul me aguarde, espero...
NÂZIM HIKMET
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