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domingo, 13 de febrero de 2011

CONTRADICCIÓN* cuento de Any Carmona


No puedo pretender que los demás entiendan lo que ahora siento. Una y mil veces me he mirado en el espejo, viendo mi cara envejecida, una piel joven pero con profundas arrugas que la surcan. Movimientos descendentes la estiran, mostrando el gesto de disconformidad, de angustia y desencanto por la vida.
Cuento ahora con apenas treinta años de edad, sin embargo lo he vivido todo. Si hasta me parece que nunca tuve infancia, que nunca la inocencia habitó en mí. Me veo el rostro maquillado y sobre-maquillado y no puedo dejar de tentarme en limpiarlo y dejarlo tal cual es, para ver si así me reconozco, si descubro mi verdadero ser, aquel que quedó enterrado en algún rincón del pasado. Cruel y violento pasado. Sufrimiento que no cesa, horror y llanto, dolor y desesperanza…Mi pasado…
Hasta aquí he llegado después de transitar una y mil camas desconocidas, con el cuerpo adormecido, anestesiado, esperando el pago que me permita subsistir.
¿Qué culpas ajenas llevo adentro para someterme cada día, cada noche a estos pecados?
Mi pasado…Mi pasado y mi presente terminarán pronto, yo los haré finalizar, les pondré drásticamente fin, caminando, flotando hacia la luz en la que ya puedo sentir el olor dulce del olvido, de la paz y la alegría que prometen tocarme con su envoltura benefactora.
La luz…voy llegando a ella…ya está aquí… la toco…la puedo tocar. Soy feliz, por primera vez soy feliz, mientras el exterminador líquido entra por mis venas…
Por fin desperté… estoy rodeada de caras conocidas, de bocas que sonríen y manos cálidas que me acarician. Ellos están aquí, mis amigos, mi madre y el médico. Quieren hacerme entender sobre la necesidad de retomar mi poder, el que abandoné por un instante y que creo, puedo recuperar.
Miro la ventana y algo me encandila. A raudales entra el sol y lo baña todo. El cielo está aquí en el presente, ahora. Me espera una larga vida que debo transitar.
Miro otra vez la ventana y una paloma llega a su alero, en un vuelo pausado y acompasado. Sus alas se mueven al compás de una música. Es la música de esta nueva realidad.
Hay una extraña contradicción en este dulce despertar pero mi condición humana me permite estar de vuelta para renacer.
No puedo pretender que los demás entiendan lo que ahora siento, ayer quería morir y hoy deseo, con ansias, vivir.

ANY CARMONA
 
* Del libro Luz de soledad

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