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domingo, 8 de mayo de 2011

EL ENCUENTRO* (Cuento de Any Carmona)

Pero te empeñas en guardar un recodo de sombra que no quiero…
Pablo Neruda*


Esa mañana mi corazón latía a ritmo apresurado. Me sentía impaciente, temblorosa, esperanzada.
De la pantalla, a la pantallita. Del portero eléctrico al teléfono. De la silla a la ventana. Del espejo al guardarropas. De la heladera a la hornalla.
El tiempo parecía estirarse y los relojes se hacían laxos, lentos e imposibles. Las horas no me devolvían su presencia, su voz, su sutil roce mimando mi ansiedad de mujer asombrada.
Luego de mi llamada, su respuesta fue casual, liviana, distraída. Supe que había llegado pero… ¿ estaba?
Tomé el subte contando los minutos pero me equivoqué de dirección y elegí la contraria. Al llegar a la estación siguiente debí cruzar del otro lado y volver sobre mis pasos. Y el tiempo que se escapaba…Casi sofocada, me acerqué al bar indicado, en una esquina de Palermo. Miré la hora, sólo siete minutos tarde. Abrí la puerta divisando a un hombre cuyo rostro me buscaba. Tranquilidad. Era tal cual esperaba. Y yo…yo soy, según me dijo, tal cual me había soñado. “Sos hermosa”, expresó luego de darnos ese abrazo de oso largamente anunciado. Yo reía…”¿Será él, el indicado…?”
A borbotones nos contamos mil cosas ya anteriormente dichas y conocidas solo que ahora podíamos tocarnos. La presencia física hacía del encuentro algo mágico e increíble. Yo estaba posada en el perfil de su alma y él se había estacionado sobre mis ojos iluminados. Nos tomamos las manos y yo lo acariciaba con mis miradas.
Salimos del bar pasadas varias horas y al tomarlo del brazo me dio un beso apurado, esperado, tímido. Caminamos como sin querer separarnos, yo dejé pasar más de un colectivo. Y los piquitos que seguían… Fue entonces cuando me dijo que quería quedarse conmigo. Dudamos. ¡Hubiera sido bello ceder a los impulsos! Pero nos ganó la sensatez y dijimos: “Mañana tenemos todo el día para nosotros”
Pero mañana se hizo temor
                                        y cansancio
                                                          y malestar
                                                                          y carencias
                                                                                          y más dudas



ANY CARMONA

* Del libro Neruda y yo
* Del poema La pregunta de P. Neruda

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APORTES DE NUESTROS LECTORES...¡GRACIAS!!!

CAPITAN DE MI SUEÑOS

Capitán de mi barco sueño palabras
Como gemas brillantes llenas de luz
Y cuando la luna llovizna su plata
Rimo mis versos que la noche subasta
Soltando pájaros que vuelan en cruz.

Arriero de penas azules nostalgias
En horas troveras de mansa inquietud
Mis manos traviesas que acortan distancias
Bajan estrellas cuando el Arte dispara
Con chispa de luces su claro arcabuz.

Hondero de rimas viajero entusiasta
Labro en estatuillas el negro abenuz
Como un mensajero de nuevas proclamas
Voy por las puertas tocando las aldabas
Y en la noche crecida enciendo un almud.

Oficio de orfebre descubro esmeraldas
Un arcano tengo de gran beatitud
Vuelo mis pájaros en libres bandadas
Abro las esclusas de todas las aguas
Y de la puerta saco el grueso alamud.

Artesano de versos lleno las ánforas
Libro las frutas de toda amaritud
Hago madurar el vino en las tinajas
Y miro como camina las distancias
En el cielo estrellero la Cruz del Sur.

Señor de mí mismo yo levo las anclas
Navegante transido todo acimut
Soy el que espera en la luz de las mañanas
El brazo fuerte del herrero en la fragua
Que saca del hierro verdad y virtud.

Jorge Castañeda
Valcheta, Río Negro, Argentina

Duele amarte
sabiendo que no eres
para mí.
Mi llanto:
desgarra mis entrañas.
Siento que al no estar
ahora en mí,
pierdo cada instante
de mi existir.
Mis sueños,
mis anhelos
que deberíamos compartir,
se pierden
como la lluvia que cae
en los ventanales.
Duele imaginar
que sonríes,
que tus brazos
estrechan
otro cuerpo.
Que tu boca
que era mía
y tu aliento
ya no me pertenecen.
Ya no estás,
me estremezco
tiemblo de dolor.
Tu ausencia hiere mi ser,
gimo de melancolía,
y entre sollozos amargos
se desarma en mil pedazos
lo que queda de mí.
Duele sentirse así,
Duele amarte aún ahora,
ahora que ya no hay vuelta atrás.
Que el telón a caído
y hemos terminado la función.

Suyai Edith Chile

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