Treinta casas históricas
Unas 30 casas históricas sobreviven en el barrio de Flores.
Algunas en buenas condiciones y otras en peligro de demolición, aunque fueron
incluidas en el área de protección histórica. Allí residieron muchos personajes
de la política, las artes y las letras argentinas.
El Camino Real del Oeste estaba rodeado de quintas y
chacras; las casonas coronadas con magnolias y los patios con olor a glicinas.
De aquella época quedan huellas atravesadas por un tránsito atestado de
colectivos y un ritmo comercial impresionante. En los alrededores de ese Camino
real, hoy convertido en la avenida Rivadavia, unas 30 casas históricas del
barrio de Flores se resisten al olvido. Allí vivieron los escritores Roberto
Arlt, Baldomero fernández Moreno, Alfonsina Storni y Oliverio Girondo; el
músico Agustín Magaldi, el cantante Hugo del Carril. Y mucho antes, Juan José
Paso, el padre de Bartolomé Mitres, la madre de Julio A.Roca, el vicepresidente
Marcos Paz y el dr.Pedro Goyena. Además, Flores fue escenario de la
promulgación de la Constitución Nacional de 1853 y de la firma del Pacto de San
José de Flores en 1859.
Una ley de octubre del 2000 declaró unas 30 casas parte del
Área de Protección Histórica (APH). Sin embargo, algunas corren peligro. La más
antigua del barrio, perteneciente a Antonio Millán, uno de sus fundadores, ya
fue demolida.
En un recorrido por el barrio se pueden encontrar leyendas y
secretos que formaron la identidad de Flores, como por ejemplo, los túneles
secretos de la ex mansión Las Lilas. Allí, en el pasaje La Porteña entre
Rivadavia y Yerbal, donde hoy funciona la escuela Fernando Fader, desde el
sótano se accede a pasadizos (no abiertos al público) que recorren varias
cuadras bajo tierra y llegarían hasta la Iglesia de San José de Flores. En uno
de ellos todavía están en las paredes los grilletes que se usaban para los
esclavos. En esa misma casona de estilo Tudor funcionó el Club Flores entre
1917 y 1923. En la casona todavía se conserva un vitral inglés con uniones de
plomo, un reloj de época y el patio de carruajes.
En Flores también está la escuela más antigua de la ciudad y
la única, que además, tiene una galería de arte. Ese museo, que funciona en el
salón de actos de la escuela, fue fundado en 1963 por Benito Quinquela Martín,
quien donó el primer cuadro: "Hora azul en La Boca".
Otra de las casas históricas del barrio es la Mansión Flores
que ocupa la manzana de Yerbal, Caracas, Gavilán y las vías y que marcó un
estilo en su época. La mayor parte de las 95 familias que viven allí están
desde su inauguración en 1924.
El lugar, con patios, pérgolas y palmeras, tenía un cine que
hoy está transformado en el atelier el pintor Piero Rossi.
"Cuando mi familia vino a vivir acá en 1924, pagaba 70
pesos de alquiler por el departamento 62. En esa época también vivía en la
mansión, Roberto Arlt", cuenta Alberto Consiglio, que sigue viviendo allí.
hasta 1938 funcionaba un teléfono público, nadie tenía llave
de la puerta de entrada porque siempre estaba abierta y los portones laterales
sólo se abrían para las ambulancias o los coches fúnebres. Había una campana en
la entrada que hacía sonar el cartero cada vez que llegaba.
"Era como vivir en un mundo aparte. Estaba la nieta de
Guido Spano y las tías de Rafael Obligado, que nos regalaban estampitas",
cuenta Consiglio.
Los ladrillos rojos que se destacan en la esquina de Caracas
y Rivadavia son los mismos que se colocaron en 1826 cuando se levantó allí la
Escuela de Niñas. pero en 1893 se construyó otra institución bautizada como
"Escuela de Niñas de la Señorita Chapot", en Fray Cayetano Rodriguez
95. En 1922 se convirtió en escuela de varones y enseguida fue rebautizada
"Leandro N.Alem", tal como se la conoce hoy.
El pasado se cuela por los adoquines del patio, los pisos de
madera, las cerámicas que forman guardas de colores y la fachada de estilo
colonial del café La Subasta, en Membrillar 66. Residencia de la familia Piana,
en una época allí funcionó una fábrica de pianos.
Casas como La Antonia, en el corredor histórico de las vías
del ferrocarril, las típicas "chorizo" de terrada al 200 o la casa
Rodriguez de Bacacay al 2700, están deterioradas y en situación de peligro,
porque no reciben mantenimiento.
La casa del coleccionista Alejandro Rosa, la de la familia
Fernández Ramos y otras construcciones que en alguna época lucieron balcones,
torres y balaustradas hoy en proceso de deterioro.
En San pedrito 258 está la casa natal de Hugo del carril;
también Enrique Cadícamo y Juan D.perón, con su primera esposa, vivieron en el
barrio y frecuentaban los bares de la avenida Rivadavia.
El palacio Miraflores, el Teatro de Flores, el cine
Pueyrredón, el Hotel Anglo Argentino fueron algunas de las edificaciones que,
como la casa Millán, desaparecieron. Los vecinos están alertas para que no pase
lo mismo con el resto del patrimonio histórico del barrio.
(Publicado en 2001 en diario Clarín - Sandra Commiss)
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