ALGÚN VESTIGIO DE TU PASO
La dulzura de recordar el sol en la espiral del sueño
y el vano poder de haber ido tan lejos.
Es tan extraño perdurar, oír aún
la grave letanía de los huesos y el hechizo del mundo.
Déjame ver, déjame ver:
alguien me condujo hasta aquí y se oculta,
cubierto de grandes praderas, de climas,
refugios baldíos, luces que brillan
en el faro donde la tierra termina.
Salido de lugares inciertos, de trópicos y lluvias,
voraz como fuego, intruso,
la huella de sus dientes y sus besos en la manzana.
¿De quién es ese rostro desconocido entrevisto
donde se pierde? Es incierto y ansioso
extraviado en la fábula oscura de mi vida.
Adiós, sombra mía.
RUTINA DOMÉSTICA
Saboreo el café del desayuno después del diluvio.
El salmodiante Noé
está tendido desnudo entre sus hijas y la guitarra
con la tierra al alcance de la mano.
La casa apareció traída por un pájaro
colgada del pico. El café
es negro y suntuoso
como el trono de un monarca africano
con cabezas de leones labradas por el rayo.
en las constelaciones del deseo,
perfumada y demasiado próxima
a las cosas que despiertan con ella,
con el desayuno,
llena de errores, indómita como las águilas,
enjoyada en su risa y su leyenda.
Escarbará en mi pecho con su zarpa, me bendecirá
en un idioma salino
en el que todo es orgiástico, devorador, inquietante.
Y tantos años han corrido con esta misma escena
mientras el gallo inicia el hechizo inexplicable
del día
que fosforece y pasa hacia las aguas oceánicas.
ENRIQUE MOLINA
Excelentes imágenes Enrique Molina...Me ha agradado su poesía...
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