Giusepe Ungaretti ( Alejandria- Egipto-1888-
Milan-Italia-1970) fue un poeta exquisito que vivió en sus inicios una
experiencia límite, la guerra de
trincheras .
Cómo puede
cantar a la agonía, a la muerte a su lado, a la simple espera palpitante, a los
recuerdos, a lo que puede esperar de la vida si algo aún es esperable, un
hombre que está en la trinchera, dispuesto a matar y morir, y a sobrevivir si
es posible.
Versiones de Marcos Rico Domínguez
En vela
Toda una noche en vela
tumbado junto
a un compañero
masacrado
con su boca
y su crujir de dientes
vueltos hacia la luna llena
con la congestión
de sus manos
penetrada
en mi silencio
he escrito
cartas llenas de amor
Nunca estuve
tan
agarrado a la vida.
Toda una noche en vela
tumbado junto
a un compañero
masacrado
con su boca
y su crujir de dientes
vueltos hacia la luna llena
con la congestión
de sus manos
penetrada
en mi silencio
he escrito
cartas llenas de amor
Nunca estuve
tan
agarrado a la vida.
El autor
de este poema participo en la I Guerra
Mundial como soldado raso.
Un año entero permaneció
enterrado en vida en una trinchera, y allí dio vuelo, en los pocos trozos de
papel que podía disponer, a los poemas de su primer libro El puerto sepultado, que luego incluyo en un volumen de 1931
titulado La alegría.
Y así también le canta a su propio aferrarse a la vida, a esa vida
en suspenso, en espera:
Peregrinaje
Al acecho
entre estas tripas
de escombros
horas y horas
arrastré
mi esqueleto
gastado por el fango
como suela
o como semilla
de espino
Ungaretti
hombre de pena
te basta una ilusión
para darte valor
Un reflector
allá
pone un mar
en la niebla.
Al acecho
entre estas tripas
de escombros
horas y horas
arrastré
mi esqueleto
gastado por el fango
como suela
o como semilla
de espino
Ungaretti
hombre de pena
te basta una ilusión
para darte valor
Un reflector
allá
pone un mar
en la niebla.
Pero también a la índole del poeta y su poema, en
magistrales versos:
El puerto sepultado
Aquí llega el poeta
y luego vuelve a la luz con sus cantos
y los dispersa.
De esta poesía
me queda
aquella nada
de inagotable secreto.
Aquí canta un poeta sepultado en la
trinchera como metáfora de la esencia del poeta.
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